Confesiones: Recuerdos de un desamor
Imagen: Google
Dicen que los que se pelean se aman... Increíble que ésta historia haya comenzado con una discusión entre desconocidos.
Conocer personas a través de conexiones sociales, llámese amigos, compañeros de trabajo o familiares, siempre es interesante, inclusive fructífero cuando la semilla del amor lleva a dos desconocidos a convertirse en amigos y con un poco de tiempo en brasas que aumentan y fortalecen el fuego de la pasión y el amor.
Marlys era su nombre, con una extraña belleza que encantaba a este curioso ser que ahora relata esta historia.
Nos conocimos en la pizzería que era mi lugar de trabajo y después de muchos chocolates, pizzas, risas y cariño, pasamos a ser algo más que amigos aquel día en que llegué tarde a un compromiso y con mucha pena le pedí que fuera mi novia (aunque dijo que lo pensaría, para molestarme, luego dijo que si).
Nunca terminas de conocer bien a una persona, quizá sea cierto, pero lo que pude conocer de Marlys me dejó tan enamorado que hasta el día de hoy, cuando la recuerdo, se me acelera el corazón.
Los mejores momentos eran a su lado, la felicidad estaba a la vista de todos cuando sonreíamos, los recuerdos de aquellos días pasados, son ahora espinas que enroscadas en mi corazón, hieren a cada palpito, recordándome que alguna vez lo tuve todo y lo perdí.
Todas las sonrisas, todas las canciones, todos los momentos vividos con la persona que amas, quedan guardados en ficheros especiales en el corazón, algunos logran dejarlos en el olvido, otros los revisan cada cierto tiempo para revivir glorias pasadas.
Las historias no siempre terminan en finales felices, quizá porque la verdadera felicidad es un factor personal, sin embargo, existe una frase que me llena de esperanza: "El mundo da muchas vueltas, un día estás aquí viviendo de una forma y al otro día estás en un lugar muy lejano, viviendo de manera diferente".
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