Confesiones: Contigo siempre... Nuestra historia de amor - Parte 3 👩❤️🌎👨💕


Cuando planificamos que queríamos irnos del país, tuvimos que tomar ciertas decisiones como la de que él se fuera primero y luego iría yo. Difícil, porque el saber que debes separarte de esa persona durante un tiempo, en donde no sabes si las cosas se van a dar cómo lo planearon o no, es complicado. Pero el apoyo y la confianza en estos momentos es fundamental.

Siempre pasaremos por momentos difíciles y tendremos que tomar decisiones en nuestras vidas y en nuestras relaciones. Estos obstáculos, por llamarlos de algún modo, son los que harán crecer y avanzar a una pareja. Ésta puedo considerarla como la más difícil que nos ha tocado pasar a mi novio y a mí, o una de ellas, hasta ahora.



El proceso de despedida fue dividido en dos partes, primero aquí en la ciudad donde vivíamos, y luego en su ciudad natal, en ambas estuve presente obviamente. Los días antes de que se fuera a Caracas fueron días sensibles para mí, pero la pasamos muy bien, fuimos a un parque de diversiones donde la pasamos genial, ilógicamente siempre tuvimos ese parque a la mano, y no habíamos ido juntos nunca, esa era nuestra primera vez en ese lugar juntos, aunque no fuimos solos, nos acompañaron mi cuñado, con su esposa e hijo, y una hermana de la esposa con su familia. Fue súper especial,  todos éramos niños de nuevo divirtiéndonos un montón. Al día siguiente era la despedía con nuestros amigos, pero primero él fue a despedirse de mis padres y hermano menor. En la despedida también la pasamos muy bien, fue una reunión muy chévere con nuestros amigos más cercanos. Luego vino la despedida con su familia, ya que al día siguiente se iría a Caracas y ya no volvería a la isla. Ese día tenía una mezcla de sentimientos encontrados la verdad, la pasé normal porque no me sentía del todo bien.





Él tuvo que irse dos semanas antes de su viaje para solventar unos papeles y poder irse tranquilo. Llegó el día que se iba a Caracas, el domingo, nuestra primera despedida y aunque sabía que lo vería en unos días, ya no había vuelta atrás... Las horas estaban contados para que llegara ese momento que aún recuerdo y quiero llorar. Gracias a Dios esas dos semanas pasaron rápido, yo moría de ganas por irme para disfrutar con él los últimos días en el país.




Los siguientes 3 días fueron únicos, de verdad todo fue maravilloso, no quería que se acabaran. Llegué un miércoles bien temprano al aeropuerto de Maiquetía; primera vez que viajaba sola en avión hasta allá, y que me tocaría subir sola en autobús desde Maiquetía hasta Caracas. Él fue a buscarme a donde llegaba el bus con mi cuñado, llegamos a casa de su tía, desayunamos y de una vez nos fuimos a pasear. Mi cuñada y sobrino querían ir a montar a caballo, así que llegamos al Junquito, un lugar muy lindo en la montaña donde efectivamente podías pasear a caballo. A mí me dio miedo, así que yo prefería esperar con una hermosa vista mientras ellos montaban, nos tomamos unas fotos, me subí al caballo sólo para la foto, y bajando de nuevo a Caracas nos detuvimos en la vía a comer una ricas fresas con crema... ¡Uff, deliciosas!




Yo estaba muerta del cansancio. Me había levantado a las 3 a.m ya que debía estar en el aeropuerto a las 4 a.m porque mi vuelo salía a las 6 a.m, y me había acostado un poco tarde. Ese mismo día que llegué era la despedida con los amigos de toda la vida de él, así que luego del Junquito, fuimos a comer y antes de ir con sus amigos pasamos un rato por la casa para cambiarnos de ropa; me dio tiempo de dormir como 30 min. A eso de las 9 p.m nos buscaron y fuimos a la reunión en la que conocí a muchos de sus amigos que aún no conocía, y por fin pude conocer a su mejor amigo, que aunque habíamos hablado y eso, no habíamos podido conocernos en persona,  y fue un amor.  Ver cómo disfrutaba con sus amigos era tan lindo, ver lo feliz que estaba y lo mucho que se notaba cuánta falta le hacían en su vida cotidiana, la verdad fue muy chévere, y no se sentía como una despedida, nadie estaba triste, todos eran felices de poder compartir ese momento (aunque yo seguía sensible). Cada hora que pasaba yo más sueño tenía, así que a eso de las 3 a.m tuve que recostarme un rato porque ya no daba más. Terminó la reunión y a las 4:30 a.m llegamos a casa de su tía, a dormir un poco porque debíamos levantarnos temprano.


Yo antes de ir a Caracas le había dicho a mi novio, que si podíamos ir al Ávila cuando yo estuviese allá, y ese jueves me complació, fuimos con su hermano, cuñada, sobrino y una prima. Yo estaba súper contenta por poder vivir ese momento con ellos, era la segunda vez que subía al Ávila mágica. Estando arriba quisimos patinar sobre hielo, fue genial, pero creo que mi cuñada y mi novio la pasaron mucho mejor que yo, ellos patinaban súper bien y yo parecía que estaba aprendiendo a caminar jajaja. De igual manera me divertí muchísimo, de verdad la pasamos muy, muy bien. Luego de eso fuimos a hacer unas cosas y a visitar a la mejor amiga de su mamá, en un sitio donde hacia un frío espantoso.




Y llegó el día de su partida, era el viernes 17 de marzo. En la mañana fuimos a desayunar con la mamá del mejor amigo de mi novio, que actualmente vive en España, y luego llegamos a la casa a terminar de acomodar sus maletas para irnos al aeropuerto. Llegamos y se registró en su vuelo. Al rato llegaron unos amigos a despedirlo y subimos a la feria a tomarnos algo. Debo aclarar que, desde que íbamos subiendo en el carro a Maiquetía, yo estaba en modo zombi, trataba de sonreír pero se notaba mi ánimo, no quería hablar para no tener que pensar en nada y no hacerme un mar de lágrimas, recuerdo que ni tomar nada quería.




Salimos un momento del aeropuerto porque él y sus amigos iban a fumarse un cigarrillo, recuerdo que estaban hablando y yo sólo escuchaba, en eso él me miró y me abrazó y me tuve que quitar porque sentí que iba a ponerme a llorar, entramos de nuevo y nos dirigimos a la puerta que todos los venezolanos odian cuando están en ese aeropuerto; ese piso rayado de colores que ha visto llorar a tantos venezolanos mientras se despiden. Parecía un velorio, por donde voltearas había parejas llorando mientras se abrazaban, madres, padres, amigos, todos dando ese abrazo cargado de lágrimas que vienen acompañado de un "Hasta pronto".
Comenzó a despedirse de sus amigos, y en cuanto lo vi llorar y vi a otros llorar no pude más y comencé yo también, era un momento donde no sabía qué sentir, donde solo quería abrazarlo y no dejarlo ir, recuerdo que se despidió de su cuñada que estaba a mi lado, y ella le dijo “Tranquilo, yo te la cuido”, luego fue con su hermano y sobrino y de último se despidió de mí, ya cuando llegó a mi lado éramos un mar de lágrimas los dos, entonces me abrazó y me dijo “Nos vemos pronto amor, te quiero”, yo sólo pude decir “Nos vemos pronto”, no salió más nada de mi boca, no podía hacer más nada que llorar y llorar, y fue uno de los momentos más difíciles de todo el proceso. Hoy, escribiendo esto unos meses después, aun se me hace el nudo en la garganta al recordarlo y las lágrimas se asoman en mis ojos mientras lo plasmo aquí...



Ésta historia, como seguramente muchas otras, ha pasado unos cuantos obstáculos, actualmente estamos pasando por otro de ellos, esta vez la distancia es en kilómetros, ya que por razones personales tuvimos que separarnos, en cuerpo, de nuevo. Ahora él está en un país y yo en otro. De todas quizás ésta es la prueba más difícil, por todo lo que conlleva ésta situación, pero fue la historia que nos tocó vivir y sé, que con el favor de Dios, pronto será una anécdota más que recordar.


Ahora son comunes las videollamadas, los voices, las fotos para mostrarle al otro dónde estamos o qué estamos haciendo, o cómo hemos cambiado en algún aspecto físico. Nos tocó celebrar nuestro aniversario por video llamada y con regalos digitales. No hay día en que no lo extrañe, o quiera y necesite un abrazo o un beso. O simplemente hacer algo que lo fastidie sólo por llamar su atención, al igual que hay noches donde no puedo más y me duermo llorando. No ha sido fácil, para ninguno de los dos, y aunque sabíamos que esto sería así, no creía que sería tan duro, pero por ahí leí esta frase: "Las dificultades preparan a personas ordinarias para destinos extraordinarios" . Entonces entendí que ésto es sólo un paso más para tener un mejor futuro, y es un sacrificio que debíamos hacer.


Nuestra relación ha sido una montaña rusa con grandes momentos, que son los que siempre rememoramos con emoción y nos recuerdan por qué seguimos juntos. Si se quiere se puede, y los momentos difícil nos fortalecen y hacen crecer siendo mejores personas.

Mientras, sólo puedo decirle cuán orgullosa estoy de él, que lo extraño y lo amo muchísimo, y no veo la hora de que estos 7.175km que hoy nos separan físicamente se disminuyan a tal punto que sean nuestras narices la única distancia que haya entre nosotros. 


TE AMO!💕

James Arthur - "Say You Won't Let Go"

Vía: Youtube

Si gustas puedes seguirnos en nuestras redes sociales!❤

Comentarios

Entradas populares de este blog

Poema: Mi niña

Confesiones: Dos Almas enamoradas💘

Vivir Queriendo... 💖💝