Clave de vida, la confianza!💫💫

- julio 14, 2017

Imagen: Bitmoji

La confianza es como una pirámide de cartas, mucho se tarda en hacerla y un error la derrumba, y solo con el tiempo y dedicación se vuelve a construirla.

Ganarla es una de las cosas más difíciles en cualquier tipo de relación. La confianza se va ganando, poco a poco, con demostraciones y actos de una persona que hacen que nos sintamos cómodos hablándoles sobre cualquier cosa que nos alegre, nos inquiete, nos moleste; o simplemente contándoles cómo nos fue en el trabajo o la universidad.

Es frágil, cuesta mucho construirla y se rompe en el primer fallo. No importa qué tipo de persona seas, al arruinarlo siempre te costará recuperarla.

La confianza es fundamental en las relaciones familiares, amistosas, laborales, de pareja y hasta la propia, es decir, es básica en las relaciones humanas. A nadie le gusta que le mientan o le vean la cara de tonto, así tengas la mayor tolerancia, si quiebran y traicionan esa confianza, eso te va a lastimar.

Siendo tan difícil, o complicado, crear fuertes lazos de confianza entre las personas, sentimos que lo es aún más cuando perdemos la confianza en nosotros mismos, porque al final... ¿Cómo puedes sentirte cómodo contándoles tus problemas a alguien más, si ni en tu propia sombra confías? Tú eres el ser más exigente que puedes conocer, una vez que destruyen todo eso, que ya de por si te costo conseguir, las consecuencias son devastadoras en la mayoría de las ocasiones.

Igual que en cualquier otra relación, si fracturan esa delgada linea ya nada será igual, y esa persona que cometió el error deberá hacer muchas cosas grandes o pequeñas para, poco a poco, ir ganándose de nuevo esa confianza. Muchas veces pasa que no la recuperan por completo de nuevo, ya que la persona afectada no se va a arriesgar a que le hagan de nuevo daño. Y eso no tiene nada de malo, está bien tener sus reservas cuando uno sale lastimado, y sería casi imposible olvidar ciertas cosas que esas, o esa persona, te hicieron para destrozar ese lazo. A fin de cuentas somos humanos, y aunque perdonamos los errores de los demás, no significa que olvidemos lo mucho que nos afectó su falla.